martes, 11 de diciembre de 2007

Realidades Virtuales del Pasado en el Presente


Comenta la leyenda que el mago Merlín fue encerrado en una cueva de cristal, engañado por los encantos del hada Morgana, y que en ella permanece, dormido en un mundo aparte y mágico.

La idea de construir un mundo aparte, un lugar mágico, dotado de perfecta realidad para nosotros, pero independientemente de la realidad exterior impuesta por la naturaleza, es vieja como la civilización moderna.

Parte de este mundo mágico es la realidad virtual, en su forma de zonas autónomas temporales “de época”, por así decirlo (teatros al aire libe, espectáculos mitológicos que combinan danza, canto y festejo, fastuoso bailes de disfraces, será un privilegio de Reyes y aristócratas.

La posibilidad de crear una realidad única, personal y paralela a la exterior o natural, está fantasía intenta aumentar el placer psicológico, imaginario de los habitantes, como es el caso del placer carnal llevando a sus extremos, porque en realidad, no es sino ficticio, virtual y cuando intenta ponerlo en práctica le conduce al más patético de los fracasos como era de esperar.

Este es un efecto psicológico y mental similar, como produce también determinado tipo de realidad virtual generada por ordenador, al que puede conseguirse con ciertas drogas alucinógenas.

Construir la realidad virtual, antes de Internet, puede que, a veces no fuera tanto una cuestión de crear zonas autónomas, recintos cerrados, torres de marfil, como de seleccionar una parte de la realidad, adueñándonos de ella. Con todo esto surge una paradoja como la del mundo de cristal y radica en poder dar forma a lo que aparentemente no la tiene.

Este sueño se ha convertido en una pesadilla ya que se aplica para torturar a otros seres humanos. El viaje virtual es aquí un mal viaje por que evidentemente no son artífices de su propia realidad sino que sufren como Merlin en la caverna de cristal.
Ante la realidad y la realidad virtual no se puede afirmar que sea más verdadera una imagen que la otra; ambas son interpretaciones de maquinarias parecidas diversamente graduadas.

Mientras el mundo empiezan a materializarse arquitecturas capaces de alterar nuestros sentidos y nuestra percepción de la realidad. Pueden aparecer y desaparecer los efectos de la luz y las estaciones, provocar vértigo o desconcierto, se exhiben ante nuestros ojos como alucinaciones absolutamente reales.

El éxito entraña definitivo de lo artificial sobre lo natural, la promisoria esperanza de poder construir realidades a medida de nuestros sueños y deseos. La alteración de las dimensiones, la modificación de las distancias, el juego con las apariencias, son facotes trascendentales de la dimensión en el mundo de la ficción y de la trasformación de lo real en lo ficticio y más que la ficción es el efecto de la realidad

Con esto se puede concluir que no hemos sometido voluntariamente a la experiencia. Somos prisioneros por voluntad propia y tiempo limitado y podemos recuperar la realidad, “nuestra realidad en cualquier momento. Hay algo de esa simulación viva, quizá puede fallar y es que parece que el mundo real esta cada vez más construido a su imagen y semejanza haciendo que sea difícil distinguir entre los límites entre el juego y la realidad.

Me gustaría terminar con este párrafo; en lugar de convertirnos en creadores de sueños nos hemos trasformado en los sueños y hay que esperar como Merlín despertar algún día.

¿Ustedes creen que de verdad las necesidades (afectivas, sociales y de contacto físico) que tiene el ser humano puedan ser satisfechas con la realidad virtual?
¿Hasta que punto el ser humano se despersonaliza para crear una realidad a su imagen y semejanza?
¿Qué tenemos que hacer para evitar transformarnos en un sueño de realidad virtual?

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